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¿Sabías que, según estudios recientes, la capacidad de atención humana ha disminuido significativamente en las últimas décadas?

Sí, así es, en la era digital y tecnológica en la que vivimos, nuestra capacidad para concentrarnos en una sola tarea se ha visto considerablemente reducida. Pero no todo está perdido. Aunque pueda parecer difícil, es posible revitalizar y mejorar nuestra atención para enfrentar los desafíos diarios con mayor claridad y enfoque.

Durante mucho tiempo a lo largo de nuestra historia evolutiva, el cerebro ha enfrentado un gran problema: la sobrecarga de información en el entorno. A medida que evolucionábamos, nuestro entorno se volvía cada vez más complejo y lleno de estímulos, lo que dificultaba al cerebro procesar toda esa información de manera efectiva. Es aquí donde entra en juego el concepto de atención.

La atención se convirtió en una solución crucial para nuestro cerebro, permitiéndonos priorizar y seleccionar partes de lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor. Nos permitió centrarnos en lo que realmente importaba en un mar de distracciones. Pero, ¿qué es exactamente la atención y cómo podemos revitalizarla?

Técnica para mejorar tu atención

En primer lugar, cuando pensamos en atención, es común asociarla con el concepto de foco. Esto implica dirigir nuestra energía mental de manera precisa hacia una tarea o actividad específica. Es como utilizar una linterna en una habitación oscura: dondequiera que apuntemos la linterna, obtendremos información clara y nítida. Sin embargo, la atención va más allá del simple enfoque.

Otro aspecto de la atención es lo que podríamos llamar el "sistema de alerta". Este sistema se asemeja más a un reflector que a una linterna. En lugar de dirigir nuestra atención de manera estrecha y precisa, el sistema de alerta nos permite mantenernos receptivos a todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Es como tener una luz brillante que ilumina todo el entorno, sin privilegiar ninguna información sobre otra.

Finalmente, existe el control ejecutivo, que podríamos comparar con el trabajo de un malabarista. En lugar de enfocarnos en una sola tarea, el control ejecutivo nos permite mantener múltiples objetivos en mente y coordinar nuestras acciones para alcanzarlos. Es como malabarear con varias pelotas al mismo tiempo, asegurándonos de que todo esté en su lugar.

Entonces, ¿cómo podemos revitalizar nuestra capacidad de atención utilizando estos diferentes sistemas? Una práctica simple pero efectiva es lo que se conoce como la práctica del enfoque en la respiración. Esta técnica nos ayuda a entrenar nuestra atención, protegiéndola de la divagación mental y permitiéndonos concentrarnos en el momento presente.

Paso a paso para mejorar tu capacidad de atención

Para comenzar, simplemente siéntate cómodamente y toma conciencia de tu cuerpo y tu respiración. Cierra los ojos si te sientes cómodo y enfócate en las sensaciones relacionadas con tu respiración. ¿Qué es lo más vívido? ¿La frescura del aire entrando y saliendo de tus fosas nasales? ¿El movimiento de tu pecho al inhalar y exhalar? Identifica estas sensaciones y establece la intención de dirigir tu atención hacia ellas.

Mantén tu atención en las sensaciones de la respiración, permitiendo que tu mente se calme y se enfoque en el aquí y ahora. Es natural que la mente divague, pero cuando te des cuenta de que has perdido el enfoque, simplemente redirige tu atención hacia las sensaciones de la respiración. Repite este proceso tantas veces como sea necesario, permitiéndote volver al momento presente una y otra vez.